Robert Harris
Hace más de veinte años, mi esposa María, ya fallecida, y yo vinimos a España con un objetivo muy sencillo: ejercer la Terapia Craneosacral y disfrutar de la vida tranquila de la Costa Blanca.
Nos habíamos formado con Franklyn Sills y trabajado como sus ayudantes; en aquella época fuimos pioneros y descubrimos que se sabía muy poco de la terapia en España. Nuestros clientes eran mayormente los ingleses y alemanes que vivían en la zona.
Con el transcurso del tiempo, Franklyn nos alentó a que comenzásemos a impartir cursos para terapeutas en nuestra zona alrededor de Jávea y, según se corrió la voz, expandimos la formación a otras partes de España. Nuestro equipo creció según los alumnos se convertían en ayudantes y luego profesores.
Después de haber impartido más de cincuenta cursos profesionales, la European School of Craniosacral Therapy® ha formado a cientos de terapeutas nuevos que trabajan en este campo.
Tal como saben mis colegas y amigos, ha habido muchos cambios en mi vida desde mi llegada a España, pero una cosa ha permanecido constante todo el tiempo y es mi creencia en la terapia como un enfoque terapéutico verdaderamente alternativo, algo muy necesario en esta época. No requiere ni de tecnología ni sustancias externas, simplemente de la paciencia y las sutiles destrezas desarrolladas por el terapeuta.
El enfoque biodinámico de la terapia, que desarrolló Franklyn Sills, ha evolucionado para convertirse en una de las terapias más suaves a la vez que profundas existentes, adecuadas para las personas mayores y los bebés, además de todos los adultos. Tiene muy pocas contraindicaciones.
Además, el enfoque biodinámico parece funcionar a todos los niveles: físico, emocional y espiritual, y ofrece una forma única de conectar con la causa original del problema en vez de centrarse solamente en la sintomatología.
La curación se ve estimulada desde dentro hacia fuera, en vez de utilizar fuerza exterior. Por supuesto, esto es muy empoderador para el cliente, quien, naturalmente, se convierte así en participante activo de su propio proceso de sanación.
En su nivel más profundo, algunos clientes tienen una serie de tratamientos como forma de integrar y comprender circunstancias de su vida y los aprendizajes que éstos ofrecen, para así tener más claro el derrotero de su vida y desde luego, el propósito de su alma.